Post by rea on Jan 11, 2013 21:37:18 GMT -6
Hasta que Julio César introdujo el calendario que luego se llamó juliano, los romanos tenían un método algo incómodo de contar los días: lo hacían hacia atrás a partir de tres fechas: las calendas o primer día del mes; los idus, que caían entre el 13 y el 15, y las nonas, el noveno día antes de los idus. Así, el 30 de enero (en aquella época ese mes tenía sólo 30 días) era llamado primum dies ante calendas februarium (primer día antes de las calendas de febrero), el 29 de enero era el secundum dies ante calendas februarium, y así sucesivamente.
Desde la creación del calendario, hace dos mil años, uno de cada cuatro es bisiesto, es decir, febrero tiene 29 días en vez de 28. Este ajuste se hizo necesario porque la duración del año (una vuelta completa de la Tierra en su órbita) no es de 365 días exactos, sino de 365 días, 5 horas y 56 minutos. El calendario juliano no era lo suficientemente preciso y en 1582 sufrió algunas modificaciones impuestas por el papa Gregorio X mediante la bula Inter gravíssimas, que dio origen al denominado calendario gregoriano, vigente hasta hoy.
¿Por qué bisiesto…?
Como ya vimos que en los tiempos de Julio César, el primer día de cada mes se llamaba calendas; el séptimo, nonas, y el decimoquinto, idus. Para corregir el desfase del calendario respecto de la traslación de la Tierra, Julio César intercaló un día entre el sexto y el quinto día antes de las calendas, es decir, entre los días que hoy llamamos 23 y 24 de febrero. Este día adicional fue llamado bis sextus dies ante calendas martii, o sea, ‘doble día sexto antes de las calendas de marzo’, y por tanto el año que contenía ese día se llamó bissextus.
Tal vez porque los días antes de las calendas ocupaban la mayor parte del mes, este sistema de cómputo de los días acabó por llamarse calendario.
Desde la creación del calendario, hace dos mil años, uno de cada cuatro es bisiesto, es decir, febrero tiene 29 días en vez de 28. Este ajuste se hizo necesario porque la duración del año (una vuelta completa de la Tierra en su órbita) no es de 365 días exactos, sino de 365 días, 5 horas y 56 minutos. El calendario juliano no era lo suficientemente preciso y en 1582 sufrió algunas modificaciones impuestas por el papa Gregorio X mediante la bula Inter gravíssimas, que dio origen al denominado calendario gregoriano, vigente hasta hoy.
¿Por qué bisiesto…?
Como ya vimos que en los tiempos de Julio César, el primer día de cada mes se llamaba calendas; el séptimo, nonas, y el decimoquinto, idus. Para corregir el desfase del calendario respecto de la traslación de la Tierra, Julio César intercaló un día entre el sexto y el quinto día antes de las calendas, es decir, entre los días que hoy llamamos 23 y 24 de febrero. Este día adicional fue llamado bis sextus dies ante calendas martii, o sea, ‘doble día sexto antes de las calendas de marzo’, y por tanto el año que contenía ese día se llamó bissextus.
Tal vez porque los días antes de las calendas ocupaban la mayor parte del mes, este sistema de cómputo de los días acabó por llamarse calendario.